Los sistemas de máquinas inteligentes están mejorando nuestras vidas al optimizar la logística, detectar fraudes, crear arte, realizar investigaciones y ofrecer traducciones. A medida que estos sistemas mejoran su capacidad, nuestro mundo se vuelve más eficiente y, como resultado, más rico.
Alphabet, Amazon, Facebook, IBM y Microsoft, así como personalidades como Stephen Hawking y Elon Musk, creen que ha llegado el momento de debatir el terreno prácticamente ilimitado de la inteligencia artificial. En muchos aspectos, se trata de una nueva frontera tanto para la ética y la evaluación de riesgos como para las tecnologías en crecimiento. ¿Qué preocupaciones y debates quitan el sueño a los especialistas en IA?
Ver también: La startup fintech TrueLayer recauda 70 millones de dólares
1. Desempleo
La jerarquía del trabajo está relacionada en gran medida con la automatización. A medida que desarrollamos métodos para automatizar tareas, podemos liberar espacio para que las personas asuman responsabilidades más sofisticadas, pasando del trabajo físico que dominaba en el mundo preindustrial al trabajo cognitivo que define el trabajo estratégico y administrativo en nuestra sociedad globalizada.
Pensemos en el transporte por carretera: emplea a millones de personas solo en Estados Unidos. ¿Qué les sucederá si los camiones autónomos de Elon Musk se vuelven ampliamente accesibles en la próxima década? Lo mismo podría sucederles a los empleados de oficina y al resto de la fuerza laboral mundial. Sin embargo, los camiones autónomos son una decisión ética considerando la menor probabilidad de accidentes.
Esto nos lleva al tema de cómo emplearemos nuestro tiempo. La mayoría de las personas todavía dependen de la venta de su tiempo para mantenerse a sí mismas y a sus familias. Esta opción permitirá a las personas encontrar significado en actividades no laborales, como cuidar de sus familias, participar en actividades comunitarias y descubrir nuevas formas de contribuir a la civilización humana.
Si logramos superar este cambio, es posible que un día miremos atrás y pensemos que fue una barbaridad que los humanos se vieran obligados a vender la mayor parte de sus horas de vigilia para sobrevivir.
2. Desigualdad
Nuestro sistema económico se basa en la remuneración por las contribuciones a la economía, que a menudo se mide en función del salario por hora. En lo que respecta a bienes y servicios, la mayor parte de las empresas todavía dependen del trabajo por hora. Sin embargo, al utilizar inteligencia artificial, una empresa puede reducir sustancialmente su dependencia del trabajo humano, lo que se traduce en que menos personas recibirán dinero. Como resultado, quienes posean empresas impulsadas por IA ganarán todo el dinero.
Ya estamos viendo una creciente disparidad en la distribución de la riqueza, en la que los fundadores de empresas emergentes se llevan una parte desproporcionada del excedente económico que generan. En 2014, las tres empresas más grandes de Detroit y las tres corporaciones más grandes de Silicon Valley generaron aproximadamente los mismos ingresos... Sólo en Silicon Valley había diez veces más trabajadores.
¿Cómo podemos organizar una economía post-trabajo justa si imaginamos una sociedad post-trabajo?
3. Humanidad
Los robots de inteligencia artificial son cada vez más hábiles para simular la interacción y las relaciones humanas. Eugene Goostman, un robot, ganó el Desafío de Turing por primera vez en 2015. Los evaluadores humanos utilizaron la entrada de texto para interactuar con una entidad desconocida en esta tarea y luego juzgaron si estaban conversando con un humano o una computadora. Eugene Goostman engañó a más de la mitad de los evaluadores humanos haciéndoles creer que estaban hablando con alguien.
Este es solo el comienzo de una era en la que trataremos rutinariamente a las computadoras como si fueran personas, ya sea en atención al cliente o en ventas. Mientras que los humanos tienen restricciones en la cantidad de tiempo y atención que pueden dedicar a otra persona, los robots artificiales pueden dedicar recursos casi infinitos a desarrollar conexiones.
La futura frontera de la dependencia humana es la adicción a la tecnología. Aunque pocos de nosotros somos conscientes de ello, ya estamos viendo cómo los robots pueden activar los centros de recompensa del cerebro humano. Pensemos en los titulares de clickbait y los videojuegos. Estos titulares suelen ajustarse mediante pruebas A/B, una optimización algorítmica básica del contenido para atraer nuestra atención. Esta y otras técnicas hacen que muchos vídeos y juegos móviles sean adictivos.
Por otro lado, podemos crear otro uso para el software que ya ha demostrado ser eficaz para dirigir la atención humana e iniciar determinadas actividades. Si se aplica correctamente, esto puede llevar a la sociedad hacia un comportamiento más deseable. Sin embargo, en manos equivocadas, puede ser perjudicial.
4. Locura artificial
El aprendizaje es la fuente de la inteligencia, ya sea de una persona o de una computadora. Los sistemas suelen pasar por una fase de entrenamiento en la que "aprenden" a reconocer los patrones correctos y a comportarse en respuesta a la información que reciben. Una vez que un sistema ha sido completamente entrenado, puede entrar en la fase de prueba, cuando se lo somete a más instancias y se evalúa su desempeño.
El proceso de entrenamiento solo puede cubrir algunos escenarios que un sistema podría encontrar en el mundo real. Estos sistemas pueden ser engañados de maneras que los humanos no pueden. Por ejemplo, patrones de puntos aleatorios pueden hacer que un sistema "vea" objetos que no existen. Si dependemos de la IA para que nos lleve a una nueva era de trabajo, seguridad y eficiencia, debemos asegurarnos de que la máquina funcione como está previsto y que los humanos no puedan manipularla para lograr sus propios objetivos.
5. Sesgo de la IA
La inteligencia artificial tiene una velocidad y una capacidad de procesamiento considerablemente mayores que las de los humanos, pero no siempre se puede confiar en que sea justa e imparcial. Google y su empresa matriz, Alphabet, se encuentran entre los líderes en inteligencia artificial, como se ve en Google Photos, que utiliza la IA para reconocer personas, objetos y entornos. Sin embargo, puede salir mal, como cuando la sensibilidad racial de una cámara está desfasada o cuando el software utilizado para predecir futuros delincuentes muestra prejuicios hacia las personas negras.
Debemos recordar que los sistemas de IA están diseñados por seres humanos, que pueden tener prejuicios y juzgar a los demás. Una vez más, la inteligencia artificial puede catalizar cambios beneficiosos si se emplea correctamente o por personas que desean una mejora social.
6. Seguridad
Cuanto más poderosa se vuelve una tecnología, más puede utilizarse para el bien o para el mal. Esto no sólo es cierto para los robots diseñados para reemplazar a las tropas humanas o el armamento autónomo, sino también para los sistemas de inteligencia artificial que podrían causar daño si se utilizan de forma incorrecta. Como estas batallas no se librarán sólo en el campo de batalla, la ciberseguridad será aún más crucial. Después de todo, estamos trabajando con un sistema que es órdenes de magnitud más rápido y más competente que nosotros.
7. Genios villanos
¿Qué pasaría si la inteligencia artificial se volviera hostil hacia nosotros? Debemos preocuparnos por algo más que los rivales. Esto no implica volverse “malo” como lo haría una persona o como las películas de Hollywood presentan las catástrofes de la IA. Más bien, podemos imaginar un sistema de IA poderoso como un “genio en una botella”, capaz de satisfacer deseos pero con desastrosos efectos no deseados.
Es probable que en el caso de una computadora haya malicia en juego, simplemente una falta de conocimiento del contexto completo en el que se expresó la solicitud. Consideremos un sistema de inteligencia artificial cuya tarea es erradicar el cáncer en todo el planeta. Después de muchos cálculos, produce una fórmula que logra la abolición del cáncer, asesinando a todos los habitantes de la Tierra. La máquina habría logrado fácilmente su objetivo de "no más cáncer", pero no de la manera en que los humanos lo planearon.
8. Singularidad
Los seres humanos estamos en la cima de la cadena alimentaria por razones que van más allá de nuestros dientes afilados y músculos poderosos. La superioridad humana se debe en gran medida a nuestra inventiva e intelecto. Podemos derrotar a animales más grandes, rápidos y fuertes construyendo y utilizando instrumentos para controlarlos, como jaulas y armas, y técnicas cognitivas, como el entrenamiento y el condicionamiento.
Esto plantea una importante preocupación en relación con la inteligencia artificial: ¿tendrá la IA la misma ventaja sobre la humanidad algún día? Tampoco podemos depender simplemente de "desconectar el enchufe", ya que un ordenador suficientemente evolucionado puede predecir esta maniobra y protegerse. Algunos se refieren a esto como la "singularidad": el momento en que los humanos ya no sean la especie más inteligente del planeta.
Ver también: La empresa fintech Plaid recauda 425 millones de dólares en financiación de serie D
9. Privilegios del robot
Mientras los neurocientíficos siguen intentando desvelar los misterios de la experiencia consciente, nosotros estamos aprendiendo más sobre los principios fundamentales de la recompensa y la aversión. En cierto modo, estamos desarrollando procesos análogos de recompensa y aversión en los sistemas de inteligencia artificial. Incluso las criaturas básicas tienen estos sistemas. El aprendizaje por refuerzo, por ejemplo, es análogo al adiestramiento canino en el sentido de que el aumento de la conducta se recompensa con una recompensa virtual.
Estos sistemas son ahora bastante superficiales, pero se están volviendo cada vez más intrincados y parecidos a la vida real. ¿Podríamos considerar que un sistema está sufriendo cuando sus mecanismos de recompensa proporcionan retroalimentación negativa? Además, los algoritmos genéticos funcionan construyendo simultáneamente múltiples instancias del sistema, de las cuales sólo las más efectivas "sobreviven" y las combinan para generar la siguiente generación de instancias. Esto ocurre a lo largo de muchas generaciones y es un método de mejora del sistema. Las instancias que fallan se eliminan. ¿Cuándo consideramos que los algoritmos genéticos son una especie de asesinato en masa?
Examinar su situación jurídica no supone un gran salto si aceptamos a las máquinas como criaturas capaces de percepción, emoción y acción. ¿Debemos tratarlas como si fueran animales inteligentes? ¿Pensaremos en el dolor de “sentir” a las máquinas?
Algunos problemas éticos tienen que ver con la reducción del sufrimiento, mientras que otros tienen que ver con el riesgo de sufrir resultados desagradables. Mientras contemplamos estos riesgos, también deberíamos recordar que el avance tecnológico generalmente implica una vida mejor para todos. La inteligencia artificial es muy prometedora y depende de nosotros utilizarla de manera responsable.
Imagen destacada: Imagen de pch.vector
Suscríbete a Whitepapers.online para conocer las nuevas actualizaciones y los cambios realizados por los gigantes tecnológicos que afectan la salud, el marketing, los negocios y otros campos. Además, si te gusta nuestro contenido, compártelo en plataformas de redes sociales como Facebook, WhatsApp, Twitter y más.