Guía para la continuidad y el desempeño empresarial en el sector de la salud

Published on 22 Mar 2022

En los centros de atención sanitaria, la alta disponibilidad de los sistemas es un factor clave para los ingresos y la seguridad y satisfacción de los pacientes. Para alcanzar los objetivos de seguridad y disponibilidad, es necesario abordar tres factores críticos de éxito importantes: superar el nivel de cumplimiento normativo del centro, vincular los beneficios empresariales con el mantenimiento de un entorno de suministro de energía y ventilación seguro y “siempre activo”, y adoptar un enfoque sensato para las actualizaciones tecnológicas que incluya nuevas estrategias para “vender” las mejoras tecnológicas a los ejecutivos. Esta guía de referencia ofrece recomendaciones para identificar y abordar cada uno de estos problemas.

La naturaleza crítica de los hospitales y los centros de atención médica requiere que las partes interesadas construyan su negocio en torno a una filosofía de alta disponibilidad de los servicios. A nivel físico, esto implica el diseño y la implementación de redes de datos y energía que respalden los objetivos de disponibilidad, continuidad comercial y recuperación ante desastres. De hecho, los términos “recuperación ante desastres”, “continuidad comercial” y “disponibilidad” son algo diferentes, pero están estrechamente relacionados. Estos términos implican un ecosistema que siempre está activo y operativo y cuyo tiempo de actividad es crítico para los actores que componen las partes de ese ecosistema.

En el caso de los centros de salud, el funcionamiento (o no) de la infraestructura física de energía eléctrica, refrigeración y potencia informática está directamente relacionado con la seguridad de las vidas humanas y la rentabilidad de la institución. La mayoría de los hospitales y clínicas utilizan generadores y sistemas de alimentación ininterrumpida (SAI) para protegerse contra desastres y cortes de suministro eléctrico, pero, en general, no existe un único producto o procedimiento que proteja a toda una instalación. En cambio, existen capas de protección, sistemas redundantes en las áreas más críticas del hospital y múltiples procedimientos, normas y reglas que se deben seguir. En caso de que se produzcan daños reales a causa de desastres, también se deben definir claramente las prácticas de restauración del sistema. Los centros de salud tienen tolerancias excepcionalmente bajas a las interrupciones del suministro eléctrico. Las fluctuaciones menores pueden afectar a los delicados requisitos de voltaje de los escáneres de resonancia magnética y tomografía computarizada, por ejemplo. Los eventos de suministro eléctrico más extensos pueden afectar a los sistemas de soporte vital, así como a los sistemas de infraestructura auxiliar críticos, como los de calefacción, ventilación y aire acondicionado, comunicaciones, gestión de registros y seguridad.

Una verdadera estrategia de recuperación ante desastres debe ser integral. El plan debe tener en cuenta cómo interactúan y se apoyan entre sí los sistemas clave de las instalaciones. Esto incluye la arquitectura eléctrica, el sistema de gestión del edificio, los controles de calefacción, ventilación y refrigeración, los sistemas de iluminación, el centro de datos y el sistema de información del hospital, las cámaras de seguridad y los sistemas de control de acceso, los equipos y modalidades médicas, y los sistemas especializados para áreas críticas como los quirófanos. A medida que evolucionan las redes tecnológicas, la capacidad de garantizar la disponibilidad tanto de los procesos empresariales como de la estructura tecnológica que respalda esos procesos se vuelve cada vez más crítica.

Las tendencias específicas de la industria de la salud, que incluyen el envejecimiento de la población, la reducción de los presupuestos, el aumento de la población de pacientes, el crecimiento de las instalaciones para pacientes ambulatorios, la necesidad de datos procesables, la transición a plataformas tecnológicas digitales y móviles, el cumplimiento normativo, la prevención de infecciones adquiridas en la atención médica, la mejora de la rotación de camas y la necesidad de una mayor eficiencia operativa en los hospitales, están impulsando nuevas formas de gestionar y adaptar las instalaciones de atención médica. Las nuevas tecnologías han alterado las metodologías de administración de la atención médica y las formas en que los pacientes acceden a los servicios de atención médica.

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